TIPOS DE SISTEMAS POR SU ORIGEN
Un sistema es un conjunto de partes o elementos organizados y relacionados que interactúan entre sí para lograr un objetivo. Los sistemas reciben (entrada) datos, energía o materia del ambiente y proveen (salida) información, energía o materia. Un sistema puede ser físico o concreto (una computadora, un televisor, un humano) o puede ser abstracto o conceptual (un software)
Por su naturaleza, los sistemas pueden ser conceptuales o concretos. Los conceptuales están formados por objetivos que existen en el espacio y en el tiempo, como un sistema gramático, un sistema filosófico; en tanto que el grupo de sistemas concretos llenan la realidad, como una roca, una clase en el aula, un sistema cilíndrico.
En cuanto a su funcionamiento, puede hablarse de sistemas abiertos y cerrados. Un sistema abierto intercambia materia y energía con el ambiente. Por ejemplo, un árbol recibe materia y energía (insumos o corrientes de entradas) a partir del aire y del suelo, pero a su vez entrega oxigeno al ambiente (productos o corrientes de salida), a parte de otros elementos como las flores, los frutos, madera, belleza, aromas, entre otros. La corriente de entrada que recibe un sistema es procesada por el mismo, y parte la devuelve al medio o entorno y parte la conserva para combatir la entropía, es decir, mantener un estado vital dinámico.
Los conceptos de sistemas abierto y cerrado introducen una diferenciación muy importante entre ellos. Un sistema cerrado es un sistema que no tiene medio, es decir, no hay sistemas externos que lo violen— o a través del cual ningún sistema externo será considerado.
Un sistema abierto es aquel que posee medio; es decir, posee otros sistemas con los cuales se relaciona, intercambia y comunica. Como se notara posteriormente, la distinción entre sistemas abierto y cerrado, es fundamental para la comprensi6n de los principios básicos de la teoría general de sistemas. Cualquier consideración de sistemas abiertos como sistemas cerrados, en los que pasa inadvertido el medio, trae consigo graves riesgos que deben comprenderse totalmente.
Todos los sistemas vivientes son sistemas abiertos. Los sistemas no vivientes son sistemas cerrados, aunque la adición de una característica de retroalimentación les proporciona ciertas propiedades limitadas de sistemas vivientes, que están relacionadas con su estado de equilibrio.
Los sistemas cerrados se mueven a un estado estático de equilibrio que es únicamente dependiente de las condiciones iníciales del sistema. Si cambian las condiciones iníciales, cambiara el estado estable final. De acuerdo con la segunda ley de la termodinámica, el sistema se moverá en dirección a la entropía máxima, término que posteriormente se explicara.
En el caso de los sistemas abiertos, puede lograrse el mismo estado final a partir de diferentes condiciones iníciales, debido a la interacción con el medio. A esta propiedad se le da el nombre de equifinalidad. Los sistemas no vivientes con una retroalimentación apropiada tenderán hacia estados de equilibrio, que no dependen únicamente de las condiciones iníciales, sino más bien de las limitaciones impuestas al sistema. El movimiento hacia este estado final le da al sistema no viviente alguna semejanza a la conducta de búsqueda de objetivos, la cual esta reservada estrictamente a los sistemas vivientes. Por tanto, en virtud del mecanismo de retroalimentación, los sistemas no vivientes "parecen mostrar equifinalidad" y "adquirir algunas de las propiedades de los sistemas vivientes en virtud de estar abiertos".